Científicos japoneses descubrieron que las mariposas de los alrededores de la central nuclear japonesa de Fukushima y las dos generaciones siguientes sufrieron mutaciones a causa de la radioactividad
Otros 238 ejemplares recogidos en una segunda oleada en septiembre de 2011, medio año después de que se produjera el accidente nuclear en Fukushima, presentaban mutaciones aún más pronunciadas, sobre todo en las alas y los ojos, que en los estudiados en mayo.